Desde 1959 no hay un solo día en el que no hayamos cerrado los ojos y recordado cómo fue el momento en el que nacimos. Un primer instante en el que tuvimos claro que, con toda la ilusión de quien empieza algo con mucho esfuerzo, nuestro cometido era crear productos de alta calidad para satisfacer las necesidades de todos nuestros clientes. Y lo logramos, siempre sin perder de vista nuestra meta, esa que nos ha hecho crecer y compartir momentos muy especiales.
Parece que fue ayer cuando abrimos la persiana por primera vez y desde entonces no hemos parado de abrir y cerrar. Cumplimos 60 años haciendo del esfuerzo nuestra rutina, empezando y acabando proyectos y cumpliendo siempre con nuestro cometido.
Con las mismas ganas con las que empezamos, y sabiendo que aún queda mucho por empezar… y por acabar. Porque así empezamos cada día, abriendo la persiana. Una persiana que permanece abierta hasta que la cerramos al llegar la noche.
Porque somos soñadores con los pies en el suelo, valoramos el trabajo y el esfuerzo diario. Sabemos lo que es empezar y terminar los proyectos, abrir y cerrar para pasar página y continuar haciendo lo mejor que sabemos hacer: dar soluciones eficientes.
Abrir y cerrar, un sencillo parpadeo en el que caben sonrisas, ilusión, emoción y orgullo. Empezar cada día como si fuera el primero y cerrar la jornada con las mismas ganas con las que empezamos.